Ya te diste cuenta de que no es tan fácil pagar tu préstamo y seguramente tienes miedo de caer en una gran deuda porque tu banco crea que no quieres pagar. ¡Tenemos una solución!
Lo primero es prevenir, antes de que llegue tu banco con una sorpresa, si ya te diste cuenta de que será complicado, es mejor que les demuestres tu voluntad de pago. Esto lo puedes hacer al hablar con la institución que te prestó y le comuniques que estás pasando por dificultades pero tu meta es devolver lo que te prestaron.
Aunque puede ser algo muy sencillo es una gran diferencia entre cumplir o incumplir porque si tu banco sabe que quieres pagar, seguramente te dará facilidades para hacerlo. ¡Todos ganan! Este hecho, aunque pueda parecer menor, es de vital importancia. Si en el banco saben que quieres pagar, te pondrán facilidades para hacerlo. En el caso contrario de que consideren que pretendes abandonar tu deuda, harán lo que puedan para evitar los impagos.
“No puedo pagar mi préstamo, ¿qué hago?”
Si conoces tu capacidad de pago y ves que es limitada, lo mejor será la sinceridad hacia el banco y comiences a aprovechar la voluntad de pago con sus beneficios, así podrás esquivar los intereses generados por la deuda. Si tu banco conoce que quieres pagar, no tendrá sospechas de impago por lo que evitarás deudas causadas por métodos de cobranza invasivos.
Piensa también en la calificación en el Buró de Crédito y en mantenerla en un buen estado, ya que así puedes obtener mejores créditos y posibilidades financieras para seguir creciendo. No olvides que el Buró es importante para decidir si alguien es confiable para asignarle un préstamo, no otorga créditos, ni los puede negar. ¡No dejes que te engañen! El Buró sólo puede informar del estado crediticio, nada más.
Aunque sea un pequeño retraso en el pago, acude inmediatamente a expresar tu voluntad de pago.